1. Aprovechar
la luz natural.
2. No
dejar aparatos en stand-by, ya que pueden consumir hasta un 20% de lo que
gastan cuando están encendidos.
3. Usar
regletas con interruptor y programador horarios.
4. Sustituir
las bombillas convencionales por las de bajo consumo. Ahorran entre un 70% y un
80%, con una durabilidad 10 veces superior.
5. Focalizar
la luz siempre que sea posible. No iluminando lo que no se usa.
6. No
introducir alimentos calientes en el frigorífico. Descongela los alimentos en
la zona de refrigeración.
7. Comprobar
el estado de las gomas del frigorífico, para que no hayan perdidas.
8. Comprar
electrodomésticos de eficiencia energética clase A que ahorran un 50%,
eligiendo el tamaño que realmente se necesite.
9. Regular
la temperatura del frigorífico según el manual del fabricante. Cada grado por
encima de lo recomendado, supone un 5% de aumento en el gasto de energía.
10. Utilizar los
programas económicas tanto en el lavavajillas como lavadora.
11. Para cocinar,
utilizar siempre que sea posible la olla de presión.
12. Usar recipientes
con un fondo de mayor superficie que el fuego que se utilice, colocando la
tapa. Se logran ahorros hasta el 20%.
13. Aprovechar el
calor residual apando antes (menos en las de inducción).
14. Desconectar de las tomas los cargadores cuando terminen.
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