lunes, 21 de octubre de 2013

AHORRO FRENTE A EFICIENCIA ENERGETICA

Reducir el consumo energético en las viviendas se hace cada vez más necesario, con el consiguiente ahorro económico y la importante reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera.
Ahorrar en la vivienda y tener un hogar eficiente son dos conceptos a diferenciar. 
Ahorramos cuando reducimos los consumos mediante un control del gasto, se toman medidas para eliminar consumos innecesarios y reducir aquellos prescindibles. Apagar la luz cuando salimos de una habitación es un ejemplo de ello y se considera una actitud activa. 
Logramos una eficiencia energética cuando reducimos el consumo de energía manteniendo las mismas prestaciones, confort y calidad de vida, ya que el usuario no modifica su conducta, sino que utiliza sistemas y equipos más eficientes que son los que nos proporcionan los ahorros. Cuando sustituimos bombillas incandescentes por otras de las mismas prestaciones como son las bombillas de bajo consumo o la tecnología led. Esto lo denominamos una actitud pasiva, ya que son los sistemas o equipos los que proporcionan el ahorro.
Medidas de ahorro y de eficiencia que se pueden tomar en el hogar:

AHORRO
EFICIENCIA
Climatización
Calefacción: Mantener la temperatura del termostato entre 19 y 21º C y apagarla de noche o bajar el termostato hasta los 16º C.
Aire acondicionado: se recomienda una temperatura de 25º C (una diferencia de temperatura con el exterior superior a 12º no es saludable) y apagar el aparato una vez esté la estancia refrigerada y encender el modo ventilador.
Desconectar el aire acondicionado cuando no haya nadie en la habitación.
Vigilar el mantenimiento de los equipos.
Sustitución de sistemas de calefacción convencional por emisores de calor de baja temperatura.
Aislar la vivienda.
Ventanas con doble o triple acristalamiento, con sistemas específicos para cada orientación.
Colocación de toldos, persianas u otros elementos de protección solar.
Mejorar los sistemas de captación solar pasiva mediante aperturas de huecos a orientaciones favorables, colocación de elementos tipo invernaderos y sistemas de captación cenital en cubierta.
Actuaciones que permitan la ventilación natural cruzada de las estancias.
Adaptación de la distribución de usos, en los edificios, en función del comportamiento térmico de los espacios.
El empleo de vegetación como elemento de protección solar y refrigeración natural.
Iluminación
Aprovechar la iluminación natural.
No dejar luces encendidas en estancias vacías.
Empleo de lámparas de bajo consumo o LED ahorrará hasta un 80 por ciento de energía.
Instalar reguladores de intensidad luminosa de tipo electrónico.
Utilización de la domótica para optimizar el uso de los espacios.
Utilización de colores claros para disminuir las necesidades de iluminación.
Electrodomésticos
Apagar los aparatos cuando no estén en uso y no dejarlos en “modo de espera” o “stand by”.
Desconectar los adaptadores que no estén utilizándose, ya que siguen funcionando (con menos consumo) aunque no transformen efectivamente la energía.
Para las lavadoras conviene trabajar siempre a carga completa o adquirir un equipo que permita trabajar a media carga. El programa de baja temperatura será casi siempre suficiente para dejar limpia la ropa.
La secadora consume más energía que un centrifugado. Es mejor utilizar el calor del sol para un secado natural.
En el caso de que la cocina sea eléctrica, aprovechar su calor residual, es decir, apagar el ‘fuego’ un poco antes de terminar de cocinar.
Utilizar el frigorífico con sentido común: no abrir la puerta de forma innecesaria, asegurarse de que el aislamiento funciona y colocarlo lejos de las fuentes de calor como el horno o la cocina.
Descongelar el frigorífico cuando la capa de hielo alcance los 3 milímetros de espesor puede ahorrar hasta un 30% de energía.
Respecto al lavavajillas, su mayor gasto (80%) se produce al calentar el agua, por lo que los programas de ahorro que lavan a menor temperatura suponen un importante ahorro. No utilizarlo hasta que esté completamente lleno a no ser que tenga la opción de ponerlo a media carga.
Empleo de electrodomésticos energéticamente eficientes (el mínimo debe de ser la clase A+).
En el caso de los televisores, las pantallas LCD ahorran un 37% de energía respecto a los aparatos tradicionales.
La cocina de gas es más eficiente que la eléctrica.